Una Breve Reflexión a la Cultura y Educación Venezolana

La cultura es un elemento importante para el desarrollo de las comunidades, pues ésta señala el camino de los principios y valores de los ciudadanos que conforman una sociedad, además hace mostrar las características autóctonas propias de idiosincrasia e identidad como referente ante otras culturas, tal es el caso de las raíces, dialecto, costumbres y tradiciones, detalles que están estrechamente vinculados a la educación, sin embargo esto no ha sido explorado de forma relevante en la educación venezolana, me atrevo a afirmar esto, porque vemos como los enemigos de la cultura venezolana han ganado espacios principalmente en los y las jóvenes e infantes quienes son los encargados de heredar el legado de valores construidos por quienes nos han antecedido, aquellos abuelos y abuelas que con todo y sus defectos fueron muy sabios al preferir nuestros bailes, comidas, arte, historia y todo cuanto pueda hacer sentir el orgullo de ser venezolano.

Hoy se nota más que nunca la necesidad de ser más de lo nuestro, más celoso con lo que otros con esfuerzo y sapiencia construyeron en el pasado, pues nunca nos hemos preguntado por qué en la actualidad no hay una televisora pública o privada que presente al menos un dibujo animado que  refleje la historia de nuestros héroes, y así las y los niños venezolanos se mantuvieran al tanto de sus antecedentes, o por qué no nos auto exigimos el respeto por aquellos quienes escribieron canciones del llano, o por aquellas voces alegres de quienes cantaban un merengue oriental, un galerón o un polo margariteño,  o escuchar el rítmico son del tambor en Miranda, el contagioso tambor coreano, o el calipso del callao, o aún más allá por qué beneficiar las cadenas trasnacionales de comida, cuando no hay una prestigiosa cadena venezolana como una arepera (bueno la hoy recién nacida arepera socialista), o una cachapera que ofrezca un servicio y precio estándar a nivel nacional o internacional. Esto es fácil de responder, porque nos conformamos con los resultados o productos que en otros países experimentan mientras nosotros esperamos sentados a ver como se desmorona nuestro país.

Son pocos los que en la actualidad preferimos a Venezuela, puesto que no es sólo decir hoy amanezco queriendo más a mi país, no, es mucho más que eso, es apuntar esa teoría a la práctica y no por gusto es por orgullo al suelo donde nacimos, por eso aplaudo la actitud de la autoridad única de la zona educativa del estado Zulia (2007) al prohibir el reggaetone  y vallenato en las actividades que se llevaran a cabo dentro de las instituciones educativas, pareciera extrema la decisión, pero son las actitudes que las autoridades educativas deben asumir. Es triste que en el sistema educativo nacional no se encuentre como materia obligatoria un espacio áulico donde la juventud venezolana comparta experiencias que le permitan sentirse atraída por la cultura venezolana y se obtenga como resultado significativo numerosos grupos de venezolanos y venezolanas disfrutando de su  apasionante cultura. También es gratificante el decreto que obliga a las emisoras de radio a dedicar un tiempo mínimo diario a las canciones venezolanas, esto fuera aún más gratificante si este mismo decreto se extendiera al transporte público y privado, a las televisoras, transportes escolares y así bombardear a la sociedad venezolana con su olvidada, pero significativa cultura

Hoy también se agradece al ejecutivo nacional, por el esfuerzo de transportar la cultura hasta las cárceles venezolanas a aquellas personas privadas de libertad, así mismo expresar la alegría que sentimos los venezolanos al escuchar cualquier grupo de músicos del inmenso sistema de orquestas sinfónicas que hoy hace vida en este país, por la creación de la misión cultura y otros que representan aún una minoría, pero hoy más que nunca debemos convencernos que sin cultura no hay ciudadanos por ende nos cerramos al deseo del país que todos queremos. CULTURA Y EDUCACIÓN pilares fundamentales del progreso de nuestra Nación.

                                                             Prof. Freddy Valderrey